Comienza el curso escolar y comienzan nuestras preocupaciones como padres, especialmente cuando, poco antes de las Navidades, llegan las notas que nos envían los profesores a casa. Lamentablemente nos damos cuenta que ya es un poco tarde para recuperar ese trimestre y que quizás deberíamos haber estado más pendientes de la actitud de nuestros hijos hacia sus estudios.
Si son pequeños escucharemos hasta algunas quejas de los maestros: que no se esfuerza, no presta atención, no aprende de acuerdo con su edad, etc. etc. En algún caso puede que se nos informe incluso de una conducta negativa. Si son mayores, las notas y los suspensos nos escandalizarán.
Aunque el curso ya esté empezado, recuerda que aún no es demasiado tarde. Queremos darte algunas ideas que pueden ayudarte a motivar a tu hijo para que sea un mejor estudiante.
¿Recuerdas como era tu conducta y actitud de pequeño en el colegio?
Si tu hijo es diferente, recuerda que algunos niños con una imaginación desbordante o con aptitudes especiales quizás tengan problemas para aceptar ciertos métodos de enseñanza o estudio. Les puede ser muy costoso mantener su atención o mostrar alguna empatía con sus profesores e incluso con sus compañeros. Si se parece a tí y tu eras así, pues seguramente estarás más preparado para ayudarlo.
Una actitud negativa no es en principio algo reprochable o malo, sencillamente requiere de nuestra atención. Podemos encauzar a nuestro hijo en sus potencialidades y corregir los excesos no deseados.
Te dejamos algunas sugerencias para mejorar la actitud y conducta de tu hijo:
1) Intenta persuadir a tu hijo para que sea un buen estudiante. Sabes que puedes encontrar más de 1000 razones para ser un buen estudiante. Elije las que creas que más pueden convencerlo, de acuerdo a su edad, entorno social, etc.
2) Trata de motivarlo. Tu lo conoce mejor que nadie y seguro que puedes encontrar algunas claves para orientar mejor su actitud y conducta.
3) Ayúdale a cambiar sus hábitos. Esto lo puede ayudar a mejorar de forma relevante. Si no los tiene, es el momento de crearlos juntos: pongan horarios de estudio (hora, duración y lugar), metas semanales de aprendizaje, premios que obtendrá al alcanzar sus metas (y que no recibirá si no las alcanza), etc. Ayúdale a ser disciplinado hasta que logre organizarse solo.
4) Acércate a sus profesores y tutores y mantén una charla profunda con ellos. Los niños pueden comportarse de una manera en casa y ser muy distintos en el colegio o instituto. Adopta la posición más receptiva posible sobre lo que te digan sobre tu hijo, ten en cuenta que estamos todos en el mismo bando y que ellos también quieren ayudarlo.
5) Acompáñalo. A veces nuestros hijos solo necesitan de nuestra atención, se sienten solos, o agobiados y si les hacemos saber que estamos cerca para ayudarlos, si simplemente nos sentamos con ellos de vez en cuando, mientras hacen sus tareas, les trasmitiremos la confianza que les faltaba en ese momento.
Recuerda que quizás tu niño sea de los que necesiten ayuda en el aprendizaje y eres tu como padre quien mejor estas en disposición de ayudarle.
Recuerda también que no estás solo en esa tremenda tarea, y que aunque no tengas el conocimiento suficiente para explicarle matemáticas o física, si tienes la habilidad para ayudarle a encontrar la motivación perdida, porque tu arma más poderosa es tu amor por él.
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